Tenemos tanto que aprender de Cuba.
Robert F. Kennedy Jr*.
El 17 de Diciembre 2014, el presidente estadounidense Barack
Obama anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba,
después de más de cinco décadas de una política equivocada que mi tío, John F.
Kennedy, y mi padre, Robert F. Kennedy, fueron responsables de aplicar después
de que el gobierno de Dwight D. Eisenhower (1953/1961) implementara el embargo
contra la isla por primera vez en Octubre de 1960. La medida generó la
esperanza en muchos sectores, no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo,
de que ahora el propio embargo estaría destinado a desaparecer.
Parece una tontería que Estados Unidos una política exterior
mediante la repetición de una estrategia que demostró ser un fracaso monumental
durante seis décadas. La definición de
la locura es la repetición de una misma acción una y otra vez a la espera de
resultados diferentes. En este sentido, el embargo es una locura.
En mi visita a la Isla pude constatar que, a pesar de su
pobreza, Cuba consiguió logros impresionantes:
-Su población tiene el índice de alfabetización más alto de
cualquier País del hemisferio.
-Sus ciudadanos gozan de acceso universal a la atención
sanitaria.
-El País posee más médicos por habitante que los demás países
del continente americano.
La principal causa de los problemas económicos de la Isla es
el estrangulamiento que provocaron los 60 años de embargo comercial; Este
impide el desarrollo económico al hacer que prácticamente todos los productos básicos y toda clase de equipos sean astronómicamente
caros y difíciles de obtener.
Lo peor de todo es que, en vez de castigar al Gobierno se
castiga al pueblo.
Es más que paradójico que los mismos políticos que
argumentaron que deberíamos castigar a Castro por limitar los derechos humanos
y maltratar a los presos en las cárceles cubanas sostienen que el maltrato que
Estados Unidos proporciona a nuestros prisioneros en las cárceles cubanas (Guantánamo)
está justificado.
Imagine que un Presidente estadounidense se enfrentara, como
le sucedió a Castro, a más de 400 intentos de asesinato, miles de episodios de
sabotaje apoyados desde el extranjero y dirigidos a la población, las fábricas
y los puentes de nuestra nación, a una
invasión patrocinada desde el exterior y a 50 años de guerra económica que, en los hechos, privara a nuestra ciudadanía de artículos de primera necesidad y estrangulara
nuestra economía.
Los Líderes cubanos apuntaron al embargo, con abundante
justificación, como la razón de la privación económica en Cuba.
El embargo permite que el régimen cubano exhiba a Estados
Unidos como un matón y se muestre como la personificación del coraje, de pie
ante las amenazas, la intimidación y la guerra económica por la mayor
superpotencia militar de la historia.
Le recuerda constantemente al orgulloso pueblo cubano que
nuestra poderosa nación, que ha orquestado la invasión de su Isla, saboteó sus industrias y confabuló durante décadas
para asesinar a sus líderes, mantiene una agresiva campaña para llevar su
economía a la ruina.
Quizás el mejor argumento a favor de levantar el embargo sea
que no funciona. Nuestro embargo de más de 60 años contra Cuba es el más longevo
en la historia y, sin embargo, el régimen de los Castro se mantiene en el
poder.
Sólo políticos energúmenos y con evidente síndrome de
disociación psicótica propondrían la aplicación de métodos fracasados a otros
países.
…”EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ’” (Juárez)
*
-Abogado del National Resources Defense Council y de Hudson
Riverkeeper.
-Presidente de Waterkeeper Alliance.
-Profesor de la Clínica Procesal Ambiental de la Facultad de
Derecho de la Universidad Pace y Coanfitrión de Ring of Fire en Air América
Radio.
-Ex Fiscal de la Ciudad de Nueva York