Mientras los fanáticos pedían tomarse fotos con Chris “Birdman”
Andersen, del Miami Heat, Aurora Rivera arrastraba un carrito de compras
junto a una mesa de la organización religiosa Glory Temple Ministries
para recoger alimentos recién horneados.
Alimentarse a sí misma y a
sus seis nietos no ha sido fácil desde que fue despedida en julio de El
Hondureño, un restaurante de Allapattah donde trabajaba de cocinera,
dijo Rivera, de 57 años. Feeding South Florida, una subdivisión regional
que trabaja para alimentar a más de medio millón de personas en los
condados de Miami-Dade, Broward, Monroe y Palm Beach, ha sido un
salvavidas para Rivera.
“Gracias a Dios”, dijo Rivera, uniendo las manos como en una oración. “Ojalá todos tuvieran esta bendición”.
Paco Vélez no puede dormir bien
por las noches. Como presidente ejecutivo y presidente del directorio
de Feeding South Florida, tiene una tarea difícil.
“Hay comida
suficiente para todos… el asunto es cómo conseguirla y distribuirla”,
dice Vélez mientras se seca el sudor de la frente. “Necesitamos personas
que la cosechen, que la empaquen, que la transporten. ¿Y qué hacemos
para llevarla a la mesa de las personas antes que se eche a perder? A lo
mejor podemos alargar la vida de esos productos agrícolas
congelándolos”.
Recientemente, la cadena de supermercados Publix
anunció que donaría $1.5 millones a 12 bancos de alimentos de Feeding
America en todo el sureste de Estados Unidos, entre ellos Feeding South
Florida. Vélez lo calificó como “un símbolo de esperanza para las
familias en nuestra comunidad”.
El dinero se usará para comprar un
camión refrigerado, que transportará más de 7 millones de libras de
alimentos durante los próximos tres años, dijo Vélez.
Pero la
batalla contra la inseguridad alimentaria abarca algo más que logística:
¿cómo se rompe el ciclo que genera esa falta de acceso a los alimentos?
“Hay
mucho más que se puede hacer, y no puedo dejar de pensar que algunos de
esos niños, debido al ciclo en que estamos y por la zona donde vivimos
en el sur de la Florida, van a crecer en ese mismo entorno”, dijo. “Así
que esa es la otra parte de la moneda. Eso es lo que no me deja dormir
por la noche”.
El trabajo de Melanie Geddes en LifeNet4Families también la pone a pensar en serio.
Desde
que se convirtió en presidenta de LifeNet en el 2013, Geddes, con 17
empleados y por lo menos una docena de voluntarios, ha ampliado la visió
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