Paul Craig R.*
La razón por la que tantos electores admiran a Bernie Sanders y a Donald
Trump, aunque ambos no tienen la menor idea sobre lo que hay que hacer,
es que estos dos son los únicos candidatos que se quejan de un sistema
político que sirve solo a unos pocos. Hablan acerca de dictaduras e
inhabilitaciones pero los electores norteamericanos son los más
deshabilitados en la historia de la humanidad. Supuestamente, Estados
Unidos es una democracia, pero no existe el menor indicio de democracia
en el comportamiento del gobierno. Minuciosos y profundos estudios
indican que el elector norteamericano carece de toda participación en el
comportamiento y las decisiones que toma el gobierno de Estados Unidos.
El gobierno norteamericano se ha separado del pueblo tanto y sino más
que cualquier dictadura. ¡Necesitamos desesperadamente liberarnos!(Chavismo:Democrácia participativa y Protagónica)
Como lo señaló recientemente el ex Presidente Jimmy Carter**, Estados
Unidos ha dejado de ser una democracia. Actualmente es una oligarquía.
Al igual que en las muchas cosas en las que Carter tuvo razón, pero que
no le fueron reconocidas por el corrupto Establecimiento Norteamericano,
Carter, una vez más, está en lo correcto.
Yo digo, traigan de vuelta a Jimmy Carter. El hombre tiene moral y es
inteligente. Es un millón de veces mejor que cualquier candidato
presidencial actual. A sus noventa años de edad y con un cáncer
avanzado, Jimmy Carter es,de lejos, el mejor.
* Paul Craig Roberts.
Economista, escritor y periodista
conservador estadounidense. Ocupó el cargo de subsecretario del Tesoro
en la administración Reagan y es considerado uno de los fundadores de la
Reaganomía.
** James Earl "Jimmy" Carter, Jr., es un político estadounidense del
Partido Demócrata que fue el trigésimo noveno presidente de los Estados
Unidos, antes había sido gobernador del estado de Georgia y senador en
la Asamblea General de Georgia
martes, 10 de noviembre de 2015
El gobierno de Estados Unidos ha perdido toda credibilidad fuera de sus fronteras y tiene muy poca en el interior, tal como quedó demostrado en los recientes sondeos que demostraron que un 62 por ciento de los electores norteamericanos desean un tercer partido con la esperanza que este pudiera representar al pueblo en vez de una media docena de intereses creados que gracias a la Corte Suprema Republicana han comprado al gobierno norteamericano, un atraco perfecto.
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