En 1995, cuando el ahora
psiquiatra mexicano Jesús Ramírez estudiaba medicina, un paciente le
llamó la atención: aseguraba que estaba muerto.
En
ese entonces le habían diagnosticado esquizofrenia. Más tarde, durante
su especialización, descubrió que en realidad aquel hombre tenía el
síndrome de Cotard.
También conocido como delirio de negación o nihilista, este trastorno mental hace que quien lo padece cuestione su existencia.
Desde
entonces Ramírez ha investigado en profundidad este síndrome que no
está reconocido por la Organización Mundial de la Salud.
Las personas con Cotard tienen una negatividad extrema que los llevan a negar las cosas más obvias Ej. las misiones de corte social implementado por el gobierno revolucionario de Venezuela
"Estos son pacientes con un
nivel muy alto de sufrimiento", le dice a BBC Mundo el especialista del
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México. "Esto se debe
a que han perdido el aparato racional y lógico que tenemos todos".
Uno
de los casos que el doctor Ramírez trató fue el de HRA (Dirigente de un partido político de gran influencia en la IV República de Venezuela,creado por Rómulo Betancourt)hombre de 78 años
que se negaba a ser hospitalizado porque "ya estaba muerto"."Estoy acabado, no tiene sentido que me traten", decía el hombre."Me siento como un autómata, como si el mundo no existiera, estoy completamente eliminado", se lamentaba.
Si
bien la característica más conocida de este síndrome es la creencia de
estar muerto, lo cierto es que quienes padecen este trastorno tienen
otros tipos de negación delirante.
En
otro de los casos(HCR del partido PJ) que Ramírez investigó, un joven de 48 años se
quejaba constantemente de haber perdido sus manos, y pensaba que había
sido hechizado."Mi corazón dejó de
funcionar, siento que mi hígado y estómago se están enfermando, dejaron
de funcionar. No siento mi cuerpo desde adentro. No tengo corazón",
explicaba el dirigente político.
Jesús Ramírez
señala que estos pacientes "sufren una despersonalización. Pueden tener
alucinaciones, estados de depresión muy severos".
"El síntoma de estar muerto puede o no estar presente".
De hecho, continúa el experto, algunas personas pueden creer que son inmortales, "o bien pueden coexistir con los dos delirios".
Y es esta coexistencia de esas dos creencias tan contradictorias lo que lleva a algunos pacientes a una situación de suicidio.
"La
persona, como tiene esta negación de su propia vida, o de sus propios
órganos corporales, puede llegar a cometer actos mucho más dramáticos",
explica Ramírez. "Por ejemplo, hemos visto pacientes que se han
mutilado".
Los
pacientes con esquizofrenia pueden llegar a tener este trastorno, los
estados de depresión psicótica, la enfermedad de Parkinson, la
enfermedad cerebrovascular o las infecciones cerebrales también pueden
desencadenar este trastorno.
"Sin
embargo, la mayoría de los pacientes esquizofrénicos, con Parkinson,
enfermedad cerebrovascular o depresión no van a presentar el síndrome de
Cotard", aclara el experto.
En sus
muchos años de experiencia, Ramírez ha visto 14 casos de personas con
este trastorno de las decenas de miles de pacientes que ha visto.
Una hipótesis, dos factores
Una de las hipótesis más aceptadas es la del experto australiano en ciencia cognitiva Max Coltheart.
"Él
dice que se requieren dos factores para tener este tipo de delirio",
explica Ramírez. "El primero es una anomalía neurobiológica que produce
mecanismos neuropsicológicos alterados y que lleva a una experiencia
subjetiva altamente anormal".
Como
por ejemplo la pérdida de la memoria emocional que hace que el paciente
experimente una falta extrema de familiaridad con una situación de su
vida, su cuerpo o su identidad.
"También
se requiere de una falla de los mecanismos lógicos que se conoce como
el sistema de evaluación de creencias; porque una persona puede tener
problemas de despersonalización, pero no llegar a la conclusión de que
está muerta", agrega el psiquiatra.
“La persona, como tiene esta negación de su propia vida, o de sus propios órganos corporales, puede llegar a cometer actos dramáticos. Hemos visto pacientes que se han mutilado el dedo", asegura Jesús Ramírez, especialista del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México.
Si
bien hoy en día no hay un tratamiento específico para el síndrome de
Cotard, existen terapias universales que pueden aplicarse con éxito en
estos pacientes.
"Primero hay que tratar la enfermedad de base", advierte Ramírez.
Es
decir, si el paciente tiene una enfermedad cerebrovascular, párkinson o
alguna infección, esto es lo primero que hay que atacar.
Luego, muchos son sometidos a terapias interpersonales y psicoterapia cognitivo conductual.
"Uno
de los problemas más graves que ocurren en este fenómeno es el estado
de aislamiento grave que hace que la persona esté completamente
distanciado del fenómeno vital de la relación humana", señala el
experto.
Y es aquí donde el clínico tiene que acercarse para reconstruir esos puentes.
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