Por cierto, que en esto de hacerse romulero Petkoff no estuvo sólo;
pués, al siguiente día, Pompeyo Márquez hacía coro con un panegírico
similar en el cual, con más entusiasmo y mayor desvergüenza, hace una
autocrítica sobre su pasado revolucionario, un auténtico mea culpa
comparable al de Bujarin ante el tribunal de Stalin, sin la
justificación de haber sido torturado o aterrorizado por nadie. Además,
de describirnos como “lo máximo” de su experiencia política haber
compartido una “concha” con Rómulo Betancourt, nos asegura que siempre
éste tuvo razón y, en contrapartida, la izquierda a la que perteneció
Márquez siempre estuvo equivocada. “Rindo honores a los compañeros
asesinados, torturados, desaparecidos”; pero, Betancourt “tuvo razón en
combatir la insurrección”, dice Pompeyo Márquez. Es decir, están bien
asesinados, torturados y desaparecidos los compañeros víctimas de esa
década.
En los comicios presidenciales de 1993 debido al ascenso en las intenciones de votos de Andrés Velásquez
de La Causa Radical (con la que algunos en el MAS planteaban aliarse;
al final, La Causa R superó el 20% de los votos siendo un hito en la
izquierda venezolana en ese momento: con el apoyo del MAS, hubiese
ganado las elecciones), decidieron apoyar al ex presidente Rafael Caldera,
quien fue elegido Presidente de la República, en una coalición
integrada por diversos grupos de izquierda (el MEP y PCV),
centro-izquierda (URD, y Centro-derecha como el MIN) llamada popularmente «el Chiripero», el MAS específicamente obtuvo el 10% de los votos de aquella alianza partidista.
En 1994, el MAS realizó elecciones primarias para elegir sus nuevas autoridades quedando electos Gustavo Márquez como Presidente y Enrique Ochoa Antich, quien era diputado uninominal por Caracas, Secretario General. Sin embargo, las tesis de Ochoa (socialismo liberal,
incluían retirarle el apoyo al Gobierno de Caldera, para en un futuro
formar una alianza electoral con La Causa R y crear una Comisión de
Ética para combatir la corrupción a lo interno) fueron rechazadas por la
dirección del partido, por lo que Ochoa Antich renuncia al partido en
1997. Por primera vez miembros del partido integran un gabinete
ejecutivo, asignándoles varios ministerios, sin embargo a pesar de las
tensiones el MAS le retira el apoyo a Caldera.
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